Radiografía de la noche madrileña en 2010

Una cita directa para abrir boca: «En cuatro horas entro a currar, pero me parece que voy a ir directo. Aquí se viene a bailar, a pasarlo bien y a ligar con pibones. Ya se dormirá otro día». ¿Cuántas veces hemos oido esto?

Esto va a ser información para el futuro, para que dentro de cincuenta años alguien lea esto y diga «joder, vaya mierda de música escuchaba esta juventud» (risas). Bueno, hoy me he encontrado con un par de artículos la mar de reveladores. Mezclan tres factores: música, noche y Madrid. Sigan leyendo, señores y señoras, la nueva movida madrileña del 2010.

Quiero empezar el texto con este ensayo extraido de la edición impresa de un diario generalista:

<< Son las 4.00. Se detiene la música. Edgar coge el micrófono y una botella de champán que vacía sobre los fieles. Dos mil jóvenes de apenas 20 años abarrotan esta fiesta del primer aniversario del Zombie Club en la sala Heineken. El buque insignia de una nueva movida madrileña. Una fiesta sin descanso con decenas de clubes que se expanden de miércoles a domingo. Hedonista, ecléctica. Sus protagonistas son los hijos de la movida madrileña de los ochenta. Algunos se autodenominan Generación posWindsor. Edgar levanta la botella y grita. «¡Esta noche, el dinero no va a ir para nosotros ni para los dueños de la sala!». Suena Money for nothing, de Dire Straits, y desde el piso de arriba empieza a llover confeti entre el que se mezclan cientos de billetes de dólar. El público de la pista los recoge con espíritu lúdico, sin ansiedad. Los que se meten mano siguen haciéndolo, los que llevan 10 minutos intentado pedir una copa en la abarrotada barra, también.>>

¿Qué os parece? Revelador, eh… Sigamos si os parece:

En la pista de la sala Heineken cientos de personas bailan como si fuera la última noche de sus vidas. Es la madrugada del miércoles al jueves. Se suda, se empuja, se jalea lo que suena y se mira al escenario levantando las manos. El culto saluda al púlpito. Como en los viejos tiempos del punk. Pero no es un concierto punk. Es una sesión de DJ.

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